Es mas Facil Triunfar

Autor: Earl Nightingale

Este mensaje, “Es Más Fácil Triunfar”, es el número siete de nuestra serie “¡SEA EL MEJOR EN SU CAMPO!”.

Se han hecho estudios de toda clase acerca de la motivación. ¿Qué es lo que mueve, lo que motiva a las personas a hacer las cosas que hacen, a llevar la vida que llevan, a lograr las cosas que logran? Y aunque no hay respuesta categórica a pregunta tan extensa y complicada es mi creencia que la fuerza arrolladora que nos mueve, que nos motiva (por usar un verbo tan en boga), es eso que llamo “la elección del ambiente” que nos afecta en forma individual a cada uno de nosotros.

Algunas personas hacen esta elección conscientemente; pero, estoy seguro de que la mayoría hacen su elección inconscientemente, como resultado de su acondicionamiento ambiental.

Como ejemplo, permítaseme repetir las estadísticas que se refieren a la situación financiera de los hombres que han alcanzado la edad de los sesenta y cinco años. Nos asombramos muchas veces cuando un agente de seguros de vida nos dice que de cien hombres de veinticinco años de edad, solamente uno de ellos, después de transcurridos cuarenta años más, se ve en buena situación económica, cuatro gozan de independencia económica por el resto de sus vidas, cinco siguen trabajando, treinta y cinco han muerto, y cincuenta y cuatro están en la pobreza.

Si hombre trabajador ahorrara solamente diez céntimos de cada dólar de su sueldo y si gana-
ra más de seis mil dólares anuales, al llegar a los sesenta años de edad tendría ahorrados 24 mil dólares. Y esa cantidad colocada a un rédito normal, podría llegar a los 58 mil dólares. Ciertamente, esta cantidad representaría la independencia económica para el tipo promedio del trabajador de sesenta y cinco años. Y añádase a esa cantidad la protección adecuada de un seguro de vida, y tendríamos que ese trabajador habría proporcionado la independencia económica de su esposa.

Y pregunto: ¿Por qué de cada cien hombres solamente cinco obtienen independencia económica para toda su vida? ¿Por qué solamente, cinco ellos se motivan para llegar a obtener su independencia económica. . . independencia que cada uno de nosotros ansiamos alcanzar?

Aquí es donde vemos operar las fuerzas que motivan. “La motivación”, para mi manera de pensar está íntimamente ligada al ambiente. Puede decirse, que nuestra reacción al ambiente es la tendencia a actuar , a pensar, a hablar como la gente de que estamos rodeados. Puesto que sólo el 5 por ciento logra la independencia económica en el curso de sus vidas, las probabilidades son 95 contra 5 de que un individuo dado, se vea rodeado de aquellos que no hacen aprecio de la importancia de la independencia económica. Al llegar a los sesenta y cinco años de edad, nadie se ve sin un céntimo porque se le haya negado la oportunidad de lograr su independencia económica, sino más bien porque se ha aglutinado a un grupo que no da importancia a esa independencia. Se ha conformado a su ambiente. Y solamente me refiero al ejemplo de la independencia económica.

Esta clase de personas son las que puede decirse que no escogen su ambiente, sino que simple- mente siguen en el que se ven colocadas.

Y esto sería bueno. . . si invirtiéramos los porcentajes estadísticos. Si el 95 por ciento de las personas estuviera constituido por personas de éxito, las probabilidades estarían a su favor con sólo seguir la corriente de la multitud. En ese caso, eso de escoger el ambiente podría no ser tan importante. Pero este no es el caso. . . nunca ha sido y probablemente nunca lo será.

Si un individuo no escoge, por propia voluntad , el ambiente que desea para vivir y educar a sus hijos, las probabilidades son de 95 contra 5 de que ni él ni sus hijos podrán vivir en un clima ambiental que ofrezca el máximo del éxito y del disfrute de la vida.

Tomemos un caso hipotético, el caso de un hombre común y corriente que vive en el mundo libre. . . aunque no exista eso del hombre común y corriente. La dificultad comienza en el actuar como si se fuera común y corriente.

En el caso de malamente llamado hombre común y corriente , es decir, del hombre promedio, desde el día en que nace hasta que cumple los veinticinco años de edad, la mayor parte de su tiempo hará lo que los demás le digan que haga. De niño, son sus padres los que le dirán; y los padres lo moldearan como el alfarero moldea una vasija. Habla como hablan ellos, piensa como ellos piensan. Si sus padres piensan que algo es malo, él cree que es malo. Crece en su fe religiosa, y, muy probablemente, pertenecerá a su mismo credo político.

Cuando llega a la edad escolar, empezará a imitar a los otros muchachos de su escuela. Se ríe de lo que ellos se ríen y se comporta como ellos se comportan. Para un jovencito que va a la escuela, la cosa más importante del mundo es ganarse simpatías. El anhelo de ser estimado por nuestros contemporáneos es el más profundo anhelo de los seres humanos. Y hará todas las cosas que los demás hacen. Se vestirá como los demás visten. . . cuando camina, arrastrará los pies como los demás los arrastran. Quiere ser del grupo, ser estimado, pero hay que recordar que está imitando a personas que no saben más que él. No actúa para seguir al líder, sino que actúa para seguir a los que siguen.

Es bueno recordar lo que dijo William Loman en aquel drama titulado “Muerte de un Vendedor”. Dijo: “Lo más importante es ser estimado”. William Loman no había crecido, no había madurado. Naturalmente, eso de ser estimado es importante. Pero es sólo una parte de la vida. Para William Loman, eso de ser estimado lo era todo. . . y su ignorancia de la vida y del mundo lo llevó a la frustración y a la desesperación. Más, para un muchacho de escuela. . . por regla general. . . ser estimado y hacer lo que los demás muchachos hacen es la cosa más importante del mundo. Esta prisión de grillete que es configurarse a los demás, dura desde los doce a los dieciséis años más ó menos.

Terminada la escuela, nuestro amigo va a su servicio militar. allí, de nuevo se ve compelido a configurarse a los demás; pero la presión es aún más grande que aquella que experimento en la escuela. Sigue actuando como los demás, piensa, habla como los demás, lleva la misma clase de calzado y de ropa, tiene las mismas acciones, todo. Se convierte en una unidad de una cosa que se llama Departamento de la Defensa Nacional. Y, aunque esa sea la manera en que las cosas deben ser, el efecto de la “uniformidad” es naturalmente, enorme.

Ahora, ya nuestro hombre tiene veinticinco años. Pasó la escuela, pasó el servicio militar. Regresa a su casa a su pueblo natal (a menos que se haya casado, en cuyo caso se va a vivir al pueblo natal de su esposa). Pero, supongamos que permanece soltero.

Por vez primera en sus veinticinco años, se encuentra atenido a sus propios recursos. Debe tomar una decisión acerca de lo que va a hacer, y eso le asusta un poco. Un día, se encuentra parado en una esquina de la calle, sin saber qué hacer y se topa con un viejo amigo de sus días de escuela. Y su amigo le pregunta:

-“¿Qué haces ahora?”

-“Nada”

-“¿Por qué no vienes a trabajar a donde yo trabajo?, es un trabajo muy bueno; la paga es buena también; trabajamos cuarenta horas a la semana; tenemos prestaciones; en fin todo es bueno allí”.

Y nuestro joven se va a trabajar al trabajo del amigo. . . y ese es su fin.

Al aceptar el trabajo que su amigo le sugiere, hace lo que siempre ha hecho, seguir la corriente del grupo, pero no le ha dado la menor atención al asunto de elegir carrera. Le ha dado tanta atención a ese asunto como la que le pone al escoger una corbata.

Ya en el empleo, ¿ que es lo que nuestro amigo hará?, pues seguir la corriente del grupo. Eso lo ha estado haciendo durante veinticinco años. ¿Por qué cambiar ahora? Así es que, ya en el empleo, mira a su derredor para ver cómo hacen su trabajo los compañeros y empieza a hacer el suyo como los demás lo acostumbran hacer.

Hay que considerar que nadie le a dicho que está viviendo en la edad de oro, que la humanidad ha estado soñando durante miles de años. Nadie le ha dicho que lo que de allí en adelante suceda está en sus manos. . . no en sus padres, no en sus maestros. . . ni en el ejercito. . . ni en sus compañeros, sino que todo, de allí en adelante, está en sus manos decidir. Tiene todavía delante de él quizá medio siglo de vida, ó más aún, en la é poca más grande que e l mundo ha conocido. ¿ Qué es lo que hará entonces? ¿Qué es lo que hará de esos años dorados?.

La primera cosa que nuestro joven amigo hace en su nuevo trabajo, es observar cómo los demás trabajan, y empieza él a trabajar en la misma forma. No desea distinguirse, ser diferente. Acepta esa forma de desempeñarse y se configura con ese desempeño.

Y, ahora, ya con un empleo fijo, puede casarse con su novia. Y se casa. Va después a ver un gran fraccionamiento en los suburbios y compra una casa que es igual a las otras casas hasta donde la vista llega a perderse. Esto le hace sentirse cómodo. Ya llegó. Lo que en realidad le ha pasado es que ha desaparecido de nuevo, como le pasó en la escuela y en el servicio militar.

Y hete aquí en el sueño dorado de la vida de los americanos, del que siempre nos cuentan. Un empleo fijo, una esposa, una casita de los suburbios, carro nuevo, el cheque más gordo y el nivel de vida más alto que el mundo jamás haya conocido. ¡Qué buen comienzo de vida! Y, en seguida, viene la pregunta: ¿Qué es lo que nuestro amigo hace en la vida?.

Pues bien trabaja cuarenta horas a la semana. Esto le deja setenta y dos horas semanarias durante las cuales ni trabaja ni duerme. Setenta y dos horas a la semana. . . casi el doble del tiempo que emplea en su trabajo para ganarse el sustento y el de su esposa y sus hijos ¿Qué es lo que hace con sus setenta y dos horas libres a la semana? Por lo general, hará lo mismo que sus otros compañeros con sus respectivas setenta y dos horas libres semanales. No hace nada que valga la pena mencionar durante ese tiempo.

Tomando una tarde típica, sale de su trabajo, a la hora de salida en punto, conduce su automovilito para dirigirse a casita, entra en la cocinita, besa a su mujercita y exclama: “¡Estoy muy cansado!” Muchas dice eso porque estaba acostumbrado a oírlo de su padre y de su abuelo, aquellos días en que los hombres realmente trabajaban tanto como para sentirse realmente cansados. Los maravillosos adelantos técnicos y sociales que le han librado de aquel trabajo que hacia doler la espalda y de la torturante estrechez económica. . . le permiten tener eso más de energía y de buena salud.

Después de la merienda, como si estuviéramos viéndolo, dedicará el resto de la velada a ver los programas de televisión. Porque de esta manera piensa que se encuentra en los mundos que él, debe creer que son más interesantes que el suyo en que vive. Lo que realmente hace es observar a otras personas que disfrutan de excelentes entradas de dinero en el desempeño de sus carreras, mientras que él, no hace un centavo. Y mientras, su posesión más valiosa. . . su tiempo. . . se va deslizando silenciosamente. Y mucho muy frecuentemente, nuestro amigo no considerará a la televisión como uno de los maravillosos casi – milagros que nuestra época tiene y como una herramienta más para el enriquecimiento de su vida. En vez de eso, se ocupa del tiempo en la televisión como un soporífero, para escapar de un mundo que él ha llegado a creer que es anodino, insulso y mediocre.

Y con mucha frecuencia, no sabe lo afortunado que es. No se da cuenta de que por vez primera en todos los difíciles siglos de la vida del hombre, ya no necesita trabajar desde que amanece hasta que anochece, seis días a la semana, tan sólo para ganar apenas lo suficiente para mantener viva a su familia. En vez de eso, ganará por lo menos un cuarto de millón de dólares, dispondrá de tiempo libre, de mucho tiempo libre y tomará como la cosa más natural muchos de los maravillosos lujos que maravillan y son la envidia del 94 por ciento de todos los seres de la tierra. Lo que es más: él podría decidir por él mismo lo que deseará hacer de su vida. Sabe leer y escribir. . . y todos los libros están a su disposición en las bibliotecas públicas. . . gratis. En resumen: con frecuencia tomará como la cosa más sencilla y natural todas las maravillas que se le han dado.

Y, con todo eso, lleva una existencia mínima. . . haciendo solamente lo preciso para pasar sin mucho menoscabo. . . con la esperanza de que las cosas permanezcan bien para seguir en su empleo. Piensa que es sencillamente natural que su compañía, su pueblo y su país deban seguir prosperando, creciendo, mejorando. Pero, en cierto modo no es preciso que él deba hacer lo mismo.

¿Por qué vive así? Porque le parece que así vive el resto de los amigos; y, silos demás viven así, cree que así es la manera correcta de vivir, Aquí tenemos un ejemplo de motivación de las masas. De seguir a los que a su vez siguen a los demás.

Sabemos que nuestro amigo posee tremendas habilidades y potencialidades, intrínsecamente suyas No hay otro ser humano sobre la faz de la tierra que sea exactamente como él. Sabemos que en su trabajo existen amplios campos de interés que, si él los conociera, cambiarían su vida, haciéndola una vida excitante…que lo convertirían en un contribuyente a la economía, en vez de un consumidor de un consumidor de ella.

Con harta frecuencia, camina por un estrecho callejón. Y allí, en su trabajo, alcanzando hasta el horizonte, están los ricos y asoleados campos de la oportunidad. más entre él y esos campos, hay una valla alta, que los oculta de su vista. Esta valla se llama “La conformidad”. Y hasta que la salve. . . hasta que abra su camino atravesando la espinosa valla. . . jamás verá y conocerá las alegrías del vivir con toda plenitud.

Pero ¿Cómo puede hacerlo?

Primero, debe empezar a pensar. Debe verse, así mismo de una manera objetiva, tal y cómo realmente es. . . individuo bien definido, con ilimitadas oportunidades de desarrollo, en un mundo libre.

En segundo lugar, debe hacerse algunas preguntas: ¿A él le interesaría ser como la gente a la cual emula? ¿Quiere que sus hijos sean como esa gente? El sabe que son gente buena, más ¿ esas gentes saben a dónde van? ¿Son gente de éxito? ¿Tienen tanto éxito como el desearía tener? Si continúa viviendo como ha vivido en lo pasado, dónde estará dentro de cinco años? ¿ Trabaja al máximo de su eficiencia? ¿Es realmente experto o solamente trabaja para ir tirando? ¿Dedica parte de su tiempo libre, todos los días a pensar en la forma y manera de aumentar su rendimiento personal, dándose cuenta , como se da, que las recompensas de la vida serán en proporción exacta al servicio que preste? ¿Sigue su camino inteligentemente para mejorar su mentalidad y aumentar sus conocimientos? ¿O, acaso, cree que ya es bastante?

El espera que su compañía y su país sigan progresando, al paso de cada año. ¿Qué es lo que él hace. . . personalmente. . . para ir al paso de ese progreso? ¿ o aún, para excederlo? ¿Ha meditado mucho(y así lo ha dicho a sus hijos) acerca de la gran suerte que tiene al vivir en una sociedad libre, en la que puede ir a donde le place, en la que puede trabajar a donde le place, en un trabajo que le guste? ¿ Y, es consciente de la responsabilidad que tiene de producir tanto como pueda para conservar esa libertad. . . la responsabilidad de llegar a ser como individuo tan eficaz que, aunque los tiempos se pongan difíciles por cierto tiempo, pueda seguir adelante, sosteniendo a su familia durante esa crisis?

En tercer lugar, cuando se levanta en la mañana, ¿ Sabe exactamente hacia dónde va en su trabajo?
¿Su vida y su trabajo llevan una dirección clara y un propósito digno? ¿O está simplemente marcando una tarjeta de asistencia y siguiendo la corriente, junto con la muchedumbre? ¿Está motivado por lo que realmente desea en la vida. . . está motivado como lo están las masas?

Harry Emerson Fosdick escribió un día: “Ningún caballo va a ninguna parte hasta que se le ponen riendas. Ni el vapor, ni el gas mueven nada sino hasta que les confinan. Ninguna catarata del Niágara ha producido ni luz, ni fuerza hasta que se le ha entubado. Ninguna vida llega a ser grande sino hasta que se enfoca , se dirige se disciplina”.

Como se ve: “Es Más Fácil Triunfar”. Todo lo que tenemos que hacer es conocer más las leyes de la vida. . . y seguirlas. P.C. Hamerton escribió: “Una vida fuerte es como un buque de guerra, que tiene su lugar propio en la flota pero que también puede ir solo a las soledades del mar infinito. Debemos pertenecer a la sociedad y tener nuestro sitio en ella, pero debemos de ser capaces de tener vida individual fuera de esa sociedad”.

Y. . . nunca es tarde. Porque con un propósito. . . con una meta. . . un hombre puede hacer más y viajar más lejos en sólo un año que, de otra manera, en toda una vida. . . sin un propósito y sin una meta.

2 comentarios

  1. Hola guapa! cuánto tiempo me alegro verte de nuevo por aquí 😘

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    6 abril, 2022 en 4:43 PM

    • Hola preciosa , es un placer verte ,te mando un afectuoso abrazo .

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      7 abril, 2022 en 8:24 PM

Gracias por tu visita y comentario, que tengas un bello dia..